Ya han
pasado sesenta y cuatro años
desde que se utilizaron por primera vez en pruebas de choque de automóviles los
famosos crash test dummies.
Desde entonces, la mejora en la seguridad de los vehículos se la debemos
prácticamente a ellos, que con su empeño una y otra vez han sufrido en los plásticos propios los rigores
de los accidentes.
Un
crash test dummy (en plural, crash test dummies) es un término inglés que en
español significa: "maniquí de prueba de choque", que hace referencia
al tipo de muñeco o maniquí utilizado para las pruebas de seguridad de los
automóviles. Son réplicas a escala natural de personas, con el peso y las
articulaciones creadas para replicar el comportamiento del cuerpo humano en una
colisión de un vehículo. El maniquí contiene numerosos instrumentos para
recolectar toda la información posible sobre variables como la velocidad de
impacto, la fuerza de compresión, doblado, o la torsión del cuerpo, así como la
desaceleración durante una colisión. Hoy en día este tipo de muñecos son
indispensables en el desarrollo de nuevos modelos de todo tipo de vehículos y
salvan cientos si no miles de vida cada año.
Estos
maniquís de pruebas de choque sin embargo no fueron desarrollados hasta 1949,
antes para realizar pruebas de accidentes se empleaban cadáveres humanos de
personas que habían cedido su cuerpo a la ciencia para investigación, donación
de órganos, etc.
Este
2013 se cumplen 144 años desde que la primera
víctima de siniestros de transito, Mary Ward fuera atropellada en 31 de Agosto
de 1869 por un vehículo propulsado por
vapor, 17 años antes de la aparición del motor de combustión interna. Posteriormente en 1896, cuando el automóvil con motor de explosión empezaba a hacer sus pinitos en las carreteras, el 17 de Agosto, cuando tenía unos 45 años, Bridget Briscol (fotografia) paseaba con su hija May por Londres. Cerca del Crystal Palace fue arrollada por un vehículo que según los testigos iba a un ritmo demasiado rápido e imprudente. aproximadamente unos 12 km/h.
A medida que pasaron los años, los investigadores y las Universidades comenzaron a intentar mejorar la seguridad y se encontraron con el hándicap de tener que realizar pruebas reales con vehículos, pero no encontraron voluntarios vivos y tuvieron que recurrir a, efectivamente, los cadáveres.
A medida que pasaron los años, los investigadores y las Universidades comenzaron a intentar mejorar la seguridad y se encontraron con el hándicap de tener que realizar pruebas reales con vehículos, pero no encontraron voluntarios vivos y tuvieron que recurrir a, efectivamente, los cadáveres.
La
universidad Wayne State de Detroit fue la primera que comenzó a recolectar
información en forma sistemática sobre los efectos que los choques a alta
velocidad producen en el cuerpo humano. Hacia fines de la década de 1930, no
existían datos confiables sobre la respuesta del cuerpo humano al ser sometido
a condiciones extremas, ni tampoco existían herramientas adecuadas para medir
estas respuestas. El campo de la Biomecánica estaba todavía en sus comienzos.
Fue por lo tanto preciso emplear dos tipos de métodos para recolectar datos.
- El
primer método se basaba en el empleo de cadáveres humanos como medio para
realizar pruebas. Ellos eran usados para obtener información fundamental sobre
la capacidad del cuerpo humano para resistir las fuerzas de aplastamiento y
desgarro que típicamente ocurren durante un accidente a alta velocidad. Para
ello se dejaban caer bolillas de acero sobre los cráneos, y los cuerpos eran
arrojados dentro de los huecos de ascensores en desuso cayendo sobre
plataformas metálicas. Algunos cadáveres provistos de acelerómetros
rudimentarios eran atados a automóviles los cuales eran guiados en choques
frontales y vuelco de vehículos.
Sin
embargo, el trabajo con cadáveres presentaba casi tantos problemas como los que
resolvía. No sólo estaban los aspectos morales y éticos relacionados a trabajar
con muertos, sino que también existían dificultades con la investigación
propiamente dicha. La mayoría de los cadáveres disponibles eran de adultos
caucásicos de edad avanzada los que habían fallecido de muertes no violentas;
por lo cual no eran demográficamente representativos de las víctimas de los
accidentes. No era posible utilizar cadáveres de víctimas de accidentes, dado
que la existencias de daños y heridas previas afectaba la calidad de la
información que se quería obtener con los experimentos. Como no había dos
cadáveres que fueran idénticos, y como una parte específica de un cadáver sólo
podía ser utilizada una vez, no era posible obtener datos confiables y
comparables. Adicionalmente, era muy difícil conseguir cadáveres de niños y
además los aspectos legales y de opinión pública no hacían factible su uso. Y
en la medida que las pruebas de choque se volvieron rutina, los cadáveres
adecuados se volvieron cada vez más escasos.
- El
segundo método consistía en utilizar animales para los ensayos, a mediados de
la década de 1950, se había obtenido toda la información posible a partir de
ensayos con cadáveres. Por otra parte era necesario recolectar datos sobre la
capacidad de sobrevivir a los accidentes, para lo cual la investigación con
cadáveres era claramente inadecuada. Esta necesidad, sumado a la escasez de
cadáveres forzó a los investigadores a buscar otros modelos para sus ensayos.
Mary Roach en la Octava Conferencia Stapp y demostración de impacto de
automóviles indica la dirección en la cual la investigación se había orientado.
"Vimos un chimpancé montado en un vehículo propulsado por cohetes, un oso
en un péndulo de impacto...vimos un cerdo, anestesiado y ubicado sentado en el
arnés del columpio chocar contra un volante de automóvil a una velocidad de 10
millas por hora."
Así
radicalizaron su modus operandi
empleando a voluntarios como el Coronel de la USAF John Paul Stapp, quien inicio las investigaciones en 1947, a este
hombre lo lanzaban a 677 km/h para luego detenerlo en escasamente 1,4 segundos.
Tambien participó Lawrence Patrick, profesor de la
universidad de Wayne State.
Stapp
Coronel señaló que la fuerza aérea perdió a casi tantos hombres en los accidentes
automovilísticos fatales en accidentes de avión. Así, comenzó un programa de
estudio del accidente automovilístico, maniquíes en autos rescatados y
proyectarlas en barreras de madera y cemento. Voluntarios humanos probaron
cinturones de seguridad para arriba a 28 g o 4.800 libras fuerza de
desaceleración.
En
mayo de 1955 por invitación del coronel Stapp, algunos 26 individuos visitaron
la Base aérea de Holloman para presenciar la demostración de patín y pruebas de
choques de auto así como a participar en debates sobre diseño automotriz y
características de seguridad. Que representaban las fuerzas armadas,
universidades, fabricantes de automóviles, laboratorios de investigación,
consejos de tráfico y seguridad y medicina.
A
estos hombres y mujeres anónimos que cedieron su cuerpo para la investigación
les debemos los primeros
avances en Seguridad Vial. El problema es que sólo podían
utilizarse una vez y en los años 40 y 50, la moralidad de esta práctica estaba
en duda, por lo que hubo que dar una nueva vuelta de tuerca.
La información obtenida a
partir de investigaciones con cadáveres y estudios con animales ya había sido
utilizada en la construcción de algunos simuladores humanos hacia 1949, cuando
"Sierra Sam" fue creado por Samuel W. Alderson en el Laboratorio de
Investigación Alderson conjuntamente con la compañía de ingeniería Sierra con
el fin de probar el asiento eyectable y el arnés de seguridad para piloto de
avión. Para estos ensayos se usaban vehículos impulsados por cohetes a
velocidades de 1000 km/h, que excedían lo que un ser humano podía tolerar.
Hacia principios de la década de 1950, Alderson y Grumman construyeron un dummy
que fue utilizado para realizar pruebas de choque en automóviles y en aviones. Sierra Sam, el
primer dummie utilizado en la industria de la automoción para ayudar a los
fabricantes a realizar vehículos más seguros. El primer dummy, bautizado Sierra
Sam, «nació» en 1949 por encargo de las fuerzas aéreas estadounidenses y se
diseñó —y utilizó— para probar los asientos eyectables de los cazas a reacción Pero
era grandote y gordito por lo que los
resultados no eran del todo adecuados y tuvieron que pensar en un sustituto.
El
primero en aparecer lo hizo de la mano del gigante General Motor y se llamó VIP-50. Sierra no se
quedó de brazos cruzados y preparó un competidor a imagen y semejanza de Sam al
que llamaron Sierra Stan. Llegados a este punto, GM pensó que era una tontería
tener dos dummies diferentes y decidió unirlos en uno solo con lo mejor de
ambos. Nacía el modelo Hybrid
I, el tatarabuelo de los dummies actuales.
A
mediados de la década de los cincuenta, el Departamento de Investigación a
Ingeniería de Ford USA comenzaba a desarrollar su propia familia de dummies,
realizados en plástico y con un aspecto «físico» de lo más auténtico. Ferd I y
Ferd II, así se llamaban, ya contaban entonces con instrumentos electrónicos
simuladores del cerebro humano y con esqueletos de acero formados por
componentes de plástico duro que replicaban los músculos y, otros de plástico
más blando, que hacían las veces de piel.
En 1972, GM presentó el Hybrid II, con mejoras importantes en
hombros, columna y rodillas. Unos años después, la NHTSA (la agencia
responsable de la Seguridad Vial en Estados Unidos) firmó un acuerdo con el
fabricante de automóviles para construir un nuevo dummie mejorado, el Hybrid III que fue
presentado en 1976. Este modelo es el más utilizado hoy en día en todo el
mundo. Presenta unas medidas estándar de un metro ochenta de alto y 77 kilos
aproximadamente.
Con el paso
de los años, la familia ha
ido creciendo. Hybrid III se casó con una mujer con la que ha
tenido tres hijos de diez, seis y tres años respectivamente. Entre todos nos
ayudan a circular con coches más seguros. Incluso hay un primo Zumosol más grandote
para estudiar los resultados en personas de diferentes tamaños.
El
dummy masculino percentil 50 Hybrid III, nació en 1976 y ahora tiene familia.
Su altura es de 168 cm y su masa es de 77 kg. Ocupa el asiento del conductor en
todos los ensayos de colisiones frontales que se realizan en el Instituto para
Seguridad en las Autopistas. Lo acompaña su "hermano mayor", el
Hybrid III percentil 95, que mide 188 cm y posee una masa de 100 kg. La señora
Hybrid III es un dummy femenino percentil 5, con una pequeña talla de 152 cm y
50 kg.6 Los dos niños dummies Hybrid III representan a un niño pequeño de seis
años de edad de 21 kg y a otro de tres años de edad de 15 kg.
A
pesar de que los Hybrid no están preparados para medir impactos laterales,
posteriores o vuelcos, si son extremadamente
versátiles, lo que permiten a los fabricantes adaptarlos a sus
necesidades. Así podemos encontrar múltiples variantes:
* SID (Side Impact Dummie):
especializado en impactos laterales
* BioRID: especializado en golpes posteriores, está preparado para medir los esfuerzos cervicales.
* CRABI: los dummies bebés con edades comprendidas entre los seis y los dieciocho meses.
* THOR: jubilará al Hybrid III. Posee estructuras semejantes en espalda y pelvis a la humana además de múltiples sensores en la cara que registran los objetos que impactan contra ella.
* i-Dummies: se utiliza en la simulación de vuelcos. Posee una avanzada electrónica que evita la gran cantidad de cables que poseen los demás modelos, permitiéndoles moverlo con más facilidad.
* THUMS: fabricado por Toyota, es un dummie completo con estructura osea en cabeza y cuerpo además de órganos internos.
* BioRID: especializado en golpes posteriores, está preparado para medir los esfuerzos cervicales.
* CRABI: los dummies bebés con edades comprendidas entre los seis y los dieciocho meses.
* THOR: jubilará al Hybrid III. Posee estructuras semejantes en espalda y pelvis a la humana además de múltiples sensores en la cara que registran los objetos que impactan contra ella.
* i-Dummies: se utiliza en la simulación de vuelcos. Posee una avanzada electrónica que evita la gran cantidad de cables que poseen los demás modelos, permitiéndoles moverlo con más facilidad.
* THUMS: fabricado por Toyota, es un dummie completo con estructura osea en cabeza y cuerpo además de órganos internos.
Cómo se desarrollan las pruebas con los dummies?
Cada Hybrid III es calibrado antes de someterlo a un ensayo de choque. Se extrae su cabeza y la instrumentación de la misma se calibra en un ensayo en el que se deja caer la cabeza desde una altura de 40 centímetros. Luego se ensayan las características de flexión del cuello para verificar si son correctas. La piel de los Hybrids, fabricada en piel de gamuza; se comprueba golpeandola con una sonda de metal para verificar que al perforarse posee las características adecuadas. Finalmente, la cabeza y cuello se fijan nuevamente al resto del cuerpo, el cual es ubicado en una plataforma de pruebas donde es golpeado violentamente en el tronco por un gran péndulo para verificar que las costillas se doblan y flexionan en forma adecuada.
Cada Hybrid III es calibrado antes de someterlo a un ensayo de choque. Se extrae su cabeza y la instrumentación de la misma se calibra en un ensayo en el que se deja caer la cabeza desde una altura de 40 centímetros. Luego se ensayan las características de flexión del cuello para verificar si son correctas. La piel de los Hybrids, fabricada en piel de gamuza; se comprueba golpeandola con una sonda de metal para verificar que al perforarse posee las características adecuadas. Finalmente, la cabeza y cuello se fijan nuevamente al resto del cuerpo, el cual es ubicado en una plataforma de pruebas donde es golpeado violentamente en el tronco por un gran péndulo para verificar que las costillas se doblan y flexionan en forma adecuada.
Una vez que se evalúa que el dummy esta listo para ser utilizado en un ensayo, se lo viste con ropas amarillas, se le aplica pintura para marcas en la cabeza y las rodillas, y se le adhieren marcas calibradas a los costados de la cabeza para ayudar a los investigadores en el análisis de las películas en cámara lenta. A continuación se coloca el dummy dentro del vehículo de pruebas. El Hybrid III posee cuarenta y cuatro canales de lectura de datos los cuales están distribuidos en todo su cuerpo desde la cabeza hasta los tobillos, estos sensores permiten registrar entre 30 000 y 35 000 datos durante un choque típico que dura entre 100 - 150 milisegundos. Durante el ensayo esta información se almacena de forma temporal en un registrador ubicado en el tronco del dummy, luego del ensayo los datos son transferidos a una computadora para su estudio.
Solo por el dato: Un dummy completamente instrumentado posee un valor de unos €150 000
Aunque
cada vez se utilizan con mayor frecuencia las simulaciones por ordenador, hoy
por hoy los sufridos dummies son
los únicos que arrojan datos fiables sobre los daños en las colisiones así que
si alguna vez piensas que tu trabajo es horroroso, imagínate el de ellos.
FUENTES: WIKIPEDIA, CIENCIE MUSEUM.UK, STAPP. ORG, CIRCULA SEGURO.
1 comentario:
COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia.
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente.
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años
Publicar un comentario